EL JURISTA – EL ABOGADO
Por: Raúl Velasco Garcés. Doctor en Jurisprudencia,
PUCE
El jurista.
El jurista
estudia y profesa la Ciencia del Derecho, esto es la ciencia de lo justo, lo bueno,
lo equitativo; el abogado es un perito de la ley, conocedor de los principios y
normas del derecho positivo escrito; el jurista cultiva la verdad científica,
como quería Cicerón que se la cultivare,“ex intima philosophia”; sabe de
las razones últimas, los principios universales, lo que explica la razón de ser
de cada institución jurídica; el abogado conoce la norma, el derecho ya escrito
en forma de ley ; el jurista es creador, legisla antes y después de la norma
aprobada (su ser y deber ser), su conocimiento es guía, luz para los iniciados,
faros son sus pensamientos, recta y justa es su intención de universales.
El abogado:
El abogado
aplica la norma objetiva pensada por el jurista y dictada por el legislador.
Cuando defiende a su cliente, el abogado busca que se le reconozca su
pretendido derecho y que se le haga justicia, por medio de los actos procesales
definidos en las leyes, a través de los juzgados, tribunales y cortes de la
República. El jurista persigue la justicia, como “pauta axiológica del
derecho positivo y meta del legislador, concibe la justicia como valor
absoluto, como lo es el bien, la verdad o la belleza”.
El jurista
es el catedrático por excelencia, autor de obras de Derecho, en las que analiza
en forma crítica o exegética las instituciones jurídicas, procurando su
perfeccionamiento. El abogado estudia las normas objetivas, consulta los libros
de los juristas para fundamentarse mejor en sus escritos de defensa o
exposición de los derechos o intereses de su cliente. El jurista es un hombre
de vasta cultura e ilustración, que reúne en su saber variados conocimientos de
otras ciencias y artes, persiguiendo metas para la mejor convivencia de los
hombres en una sociedad jurídicamente organizada, trasciende los estrechos
límites de la norma para re- pensarla y re- crearla.
El abogado
es también un hombre de cultura, para el ejercicio de su profesión no solo le
sirven determinados conocimientos como herramientas básicas para su actividad o
la juridicidad formal, los meros procedimientos, el derecho adjetivo, los
trámites con sus plazos y términos, en búsqueda vigilante de la sentencia
favorable a las pretensiones de su cliente, también ha estudiado y conoce la
ciencia jurídica, esto es, la comprensión y el saber de los hechos y las causas
y razones de los mismos. El jurista conoce el “ser del Derecho” y busca
con ese conocimiento la idea del derecho, su “deber ser”, la Patria y el Estado
como valores éticos; la Justicia en sus diferentes acepciones y efectos, los
derechos y deberes del hombre, las libertades y su ejercicio y límites,
inherentes a la persona desde su nacimiento hasta su fin como portadora de
valores eternos.
El juez:
El abogado
togado que, con potestad y competencia de juez o magistrado de cortes o tribunales,
tiene que dar dictamen sobre las cuestiones o puntos legales que se le
consultan o ponen para su juzgamiento, posee un conocimiento profundo del
Derecho y no deja de apreciar las opiniones doctrinales de los juristas y la
jurisprudencia. Es la autoridad sobre quien recae, en último término, la
responsabilidad de llevar a feliz término este impulso y esforzado sistema
jurídico de administrar justicia, que se ha forjado a través de milenios por
hombres de talento superior y pueblo que ha dejado hasta su vida por lograr
esta conquista de la humanidad entera. Por lo que, “juez es quien decide,
interpretando la ley o ejerciendo su arbitrio, la contienda suscitada o el
proceso promovido. En este aspecto técnico, el juez ha sido definido como, “ el
magistrado, investido de imperio y jurisdicción, que según su competencia,
pronuncia decisiones en juicio” (Diccionario Jurídico de Cabanellas)
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